Acabé el 2023 con la sensación de llegar derrapando, nada nuevo para la mayoría de nosotros.
Es más, me atrevo a decir que tú también has dicho esta frase alguna vez en los pocos días que llevamos de enero.
Sin embargo, el motivo por el que me ha costado conciliar el sueño por la noche no ha sido ese. Sino el pensar todo el rato que los resultados obtenidos podrían haber sido mucho mejores después de haber hecho un esfuerzo inhumano.
Está claro que hay cosas que, por mucho que pasen los años, nunca cambian.
Pienso en esto cada vez que escucho o leo sobre el concepto de la zona de confort, se me abre el cuerpo en canal. Para mí ya es un concepto manido, propio del cuñadismo ilustrado.
En primer lugar porque ser conformista es lícito, no todos podemos aspirar a convertirnos en directores del próximo unicornio internacional o de ganar cifras astronómicas cada mes.
En segundo lugar porque el 80% y el 90% de la gente que me rodea es gente con multitud de inquietudes, insaciable, brillante en su trabajo. Gente que no sabe qué es eso de vivir acomodado ni lo va a saber hasta que se jubile, si acaso.
Me considero alguien con las ideas muy claras, tengo perfectamente definidas cuáles son mis aspiraciones y qué tengo que hacer para cumplir con mis propósitos.
No sé qué es eso de la zona de confort. Es más, me parece hasta peligroso que se pueda utilizar tan libremente para ‘motivar’ a unos y a otros.
En línea con esta reflexión, he hecho el ejercicio de rebobinar la cinta del año pasado para identificar factores a tener en cuenta de ahora en adelante para ser mejor profesional.
Ni que decir tiene que este análisis muestra una visión sesgada, individual y basada únicamente en mi experiencia.
Lo bueno es que si te sirve, lo puedes extrapolar a cualquier empresa o sector productivo.
💥 Reducir el caos
Lo normal en una empresa es que haya cambios en el equipo, en la estructura, en los objetivos, en la planificación e incluso en los movimientos del mercado.
Esto implica saber alternar diferentes ritmos en períodos de tiempo cortos y tener que desarrollar curvas de aprendizaje muy pronunciadas.
Hay que saber gestionar estas situaciones que se escapan de tu control para mantener la productividad y la eficiencia. La comunicación abierta también juega un papel crucial, estableciendo canales claros con el equipo para informar rápidamente sobre problemas o retrasos.
Es importante dedicar tiempo de calidad a inspirarse y formarse constantemente.
La planificación anticipada, la delegación eficiente, la priorización de tareas o la flexibilidad son soft skills que te preparan para afrontar desafíos imprevistos. Pero hay más: como la gestión del tiempo, el foco en tareas clave que te acerquen a tus objetivos, el desarrollo de resiliencia y la automatización de procesos recurrentes que requieran de tiempo y esfuerzo excesivo.
📐 Medir los esfuerzos
El trabajo es como un partido de cualquier deporte.
O te dosificas o no vas a llegar en plenas facultades a los minutos finales, que suelen ser cruciales para conseguir la victoria.
La sobrecarga de trabajo hace mella en la salud mental y física. No solo hace que disminuya considerablemente la productividad de los equipos de trabajo, sino que tiene un impacto negativo en los resultados de la empresa.
Para el típico tópico, pero hay que poner(se) límites. La sensación de dejarse la piel en cada cosa que haces es muy positiva, a la vez que perversa. Buscar actividades alternativas que te permitan desconectar es habitual en gente exitosa.
Surfear los días de trabajo sin prestar atención a este tipo de cuestiones se traduce en una disminución significativa en la calidad del trabajo, un aumento en los errores, baja moral, menor satisfacción laboral y más tensión.
En otras palabras, adiós a la eficiencia.
🫂 Trabajar la empatía
Ponerse en la piel del otro humaniza las relaciones en el entorno laboral.
¿Qué sería del trabajo si nos olvidáramos de esa capa social?
A veces pienso en que ser ambicioso es bueno, muy bueno. Que tener las expectativas altas es una buena forma de no perder de vista el horizonte del éxito. Que la máxima exigencia nos convierte en profesionales brillantes.
Creo firmemente en que no se consiguen unos objetivos ambiciosos sin que haya un buen ambiente en una empresa.
Es decir, sin que haya respeto mutuo, sin que haya igualdad en el trato sin importar el cargo (relaciones horizontales), sin transparencia y sin cumplir con lo que se dice.
Soy de los que piensa que no todo vale con tal de conseguir tus objetivos.
También hay que ser buena persona y mirar por el bienestar de tus compañeros y de tu equipo.
Saber cuáles son sus preocupaciones, a qué aspiran, qué les motiva a seguir dando lo mejor de ellos, cuáles son sus expectativas y, por qué no, qué es lo que les impide dormir por las noches.
Llámame romántico, es muy probable que lo sea.
Mezclar estos tres elementos en una misma coctelera hace que la fórmula se convierta en algo explosivo.
🚣♂️ París 2024
Hoy celebro que hace justo un año dejé de fumar.
Para volver a sentirme sano y evitar que las jornadas de trabajo fueran perennes, empecé a hacer pesas y a coger la bici. De manera progresiva y yendo de menos a más, ahora me atrevo también con el surf.
En lo profesional me pasa un poco lo mismo. El cuerpo me pide ir a más, explorar nuevos caminos y vivir nuevas aventuras. Empezar a colaborar en proyectos como freelance es el primer paso para ello, por eso de que el momento perfecto no existe, sino que hay que buscarlo.
El primer proyecto es algo que jamás pensaría que me llegaría. Gracias a Pablo Guitián y Juanma Moreno, estoy ayudando a la selección olímpica de USA de vela a optimizar los entrenamientos de los deportistas.
Los dos objetivos que tengo son simplificar al máximo la recogida de datos (registro de entrenamientos) y elaborar un dashboard donde visualizar las principales métricas del equipo.
Así los seleccionadores pueden ver la tendencia, analizar el progreso de cada uno de los deportistas por períodos de tiempo concreto y tomar mejores decisiones para conseguir la medalla de oro en París 2024.
Let’s go!
Bestial edición, me ha encantado y empatizado punto a punto, es más me atrevo a decirte “vamos a pegarle una patada a la zona esa que llaman de confort”, increíble como se conecta con la sesión de aprendizaje, productividad y eficiencia siendo necesario saber dosificar pero cuán difícil es en ocasiones. Y súper lo de París 2024 ☺️ un abrazo