La de profesor universitario quizás sea la faceta personal más desconocida por mucha gente.
Es un trabajo de lo más eriquecedor y absolutamente vocacional. No obstante, siento que a día de hoy aprendo más fuera de lo que llaman ‘academia’ que dentro. No me pesa en absoluto, más bien al contrario.
Podría ser porque mi dedicación a la enseñanza superior sea parcial. O por el ritmo frenético al que suceden las cosas en Product Hackers. El caso es que hay muchas cuestiones extrapolables de la consultoría a la academia. Y no al revés.
Esto es algo de lo que me he percatado hace bien poco.
Participo desde hace unos meses en 3 proyectos de investigación financiados por la administración pública (la Junta de Andalucía, el Ministerio de Educación y la Comisión Europea).
En ellos participamos casi 30 personas, la mayoría de ellos tiene figura de personal docente e investigador de diferentes universidades españolas, tanto públicas como privadas. Junto a otra compañera más, somos ‘los raros’.
Somos los raros porque no trabajamos para un centro de Enseñanza Superior a tiempo completo, sino que tenemos otra fuente de ingresos principal. Sin embargo, hemos aportado un punto de vista diferente, ya que el ‘know how’ del docente universitario es muy diferente al nuestro.
Así que la visión desde fuera aporta ese punto de contraste que hace que las cosas se vean desde diferentes perspectivas.
La temática central sobre la que giran los 3 proyectos es común: la inclusión digital de personas mayores y de la tercera edad. A través de entrevistas individuales y focus groups pretendemos generar un loop formativo entre pares, donde aquellos usuarios con un nivel más avanzado de conocimientos tecnológicos hagan de mentores (de manera dirigida) para sus compañeros.
El enfoque es eminentemente cualitativo y aquí es donde siento que ‘los raros’ hemos sido capaces de aportar más. Dentro de todas nuestras aportaciones, estos son los 7 aspectos que considero más importantes:
Diseño de la investigación: ni que decir tiene que metodológicamente hablando, los raros estamos muy por detrás de quienes acumulan sexenios de investigación. Lo que sí hemos ofrecido son perspectivas y herramientas para que los proyectos estén bien estructurados. Sobre todo para no perder de vista nunca los objetivos de la investigación.
Recopilación de datos: hemos insistido hasta la saciedad que la calidad de los datos es innegociable. Y de cada entrevista en profundidad, focus group, observación participante o análisis de documentos, debemos extraer el máximo de información posible. Todos debemos conocer y seguir el mismo proceso (lo más sistematizado posible) y documentar en un espacio común cada hallazgo. Lo que nos hará el trabajo más sencillo a todos.
Análisis riguroso: una investigación cualitativa implica una inmersión profunda en los datos. Hay que ir más allá de lo básico; hay vida detrás de la codificación, la categorización, la fundamentación teórica o el análisis temático para hacer clustering y extraer patrones, temas o relaciones significativas en los datos. Ya hay herramientas como Atlas.ti que incorporan la asistencia de Open AI y que, por ejemplo, te facilita el trabajo de codificación y etiquetado de dimensiones de análisis.
Flexibilidad: los análisis cualitativos a menudo requieren adaptaciones durante el proceso. La capacidad de ajustar enfoques y preguntas de investigación a medida que surgen nuevos hallazgos es esencial. Es lo que llamamos abrazar el cambio, desde un punto de vista más ‘open minded’ y no tan hermético.
Narrativa y representación: al igual que ocurre con el lenguaje jurídico, los resultados obtenidos se deben entender, es decir, hay que fomentar La que sean claros y coherentes. El uso de narrativas sólidas, tablas, ejemplos significativos y representaciones visuales, como diagramas conceptuales o mapas conceptuales, son de vital importancia para comunicar los hallazgos de manera efectiva.
Aplicabilidad: por un lado, sería un error perder de vista el cómo los resultados de la investigación pueden tener un impacto en la vida real. Además, debemos buscar que nuestros proyectos perduren en el tiempo, más allá de un estudio realizado por un período de tiempo específico. Y por otro lado, hay que tratar de maximizar los resultados minimizando el trabajo y el esfuerzo. Por ejemplo a la hora de confeccionar los materiales, pensar cómo los vamos aprovechar, incluyendo todas las posibilidades que tenemos, nos dará mayor amplitud de miras.
Agilidad de los procesos: lo incluyo fundamentalmente por las reuniones eternas y por lo valioso que es el tiempo. Más de la mitad de las sesiones síncronas podrían haberse solucionado en asíncrono, que para eso contamos con excelentes herramientas de comunicación y de trabajo colaborativo en línea.
Para reflexionar: el sector educativo, que se supone que tiene que sentar gran parte de las bases de los futuros trabajadores, va por detrás en cuestiones fundamentales para el acceso al mercado laboral.
Y no hablo de específicas, sino más bien de competencias transversales y soft skills. Eso de que nadie sale preparado para trabajar es tan cierto como antiguo, al menos yo lo llevo escuchando desde que tengo uso de razón.
¿Hay posibilidad de darle la vuelta a la tortilla? O mejor dicho, ¿de verdad hay interés en cambiar la situación?
😄 Un dato positivo
El lunes publicamos junto a VWO un contenido sobre el impacto tan positivo que tiene la experimentación digital en el crecimiento de las empresas.
Blockbuster, Netflix, Booking, Kodak o Amazon. La historia nos ha dejado grandes ejemplos de lo importante que es experimentar e innovar en empresas.
Cada vez son más ilimitadas las posibilidades que nos ofrece Internet, donde hay espacio para todos. Por eso, con tanta competencia, experimentar es el único camino para crecer.
Este tema da para un extenso debate. En lo que sí podemos estar de acuerdo es que hay una desconexión de la realidad entre sector público y privado. Esa desconexión hace que no haya una retroalimentación, sino al contrario. Una verdadera lástima. Sería estupendo arreglar esta situación, pero a ver quién le pone el cascabel al gato!